Para la marinada, ponemos las cebollas, el cilantro, el ajo, el jalapeño, la cerveza, el zumo, 60 ml de aceite, la ralladura, la sal y la pimienta en una batidora y mezclamos hasta que quede suave. Reservamos 60 ml de la marinada y vertemos el resto en una bolsa grande con cierre.

Ponemos dentro el pollo y sellamos, quitando la mayor cantidad de aire posible. Le damos la vuelta varias veces para que todo el pollo este cubierto. Colocamos en un plato o en un bol y metemos a la nevera de 20 minutos a 2 horas.

Precalentamos el horno a 190ºC.

Retiramos el pollo de la marinada y lo secamos con papel. Ponemos el pollo con la piel hacia arriba en un plato y salpimentamos.

Calentamos la mitad del aceite restante en una sartén antiadherente grande a fuego medio-alto. Incorporamos la mitad del pollo y freímos hasta que se doren por ambos lados, de 7 a 10 minutos. Marcamos la parte restante del pollo. Los transferimos a una bandeja para hornear.

Metemos la bandeja con el pollo al horno y horneamos aproximadamente 15 minutos. Después de sacar del horno, damos algunas pinceladas con la marinada reservada para potenciar el sabor. Servimos.