
- Claves
Ingr. prin.:Pasta Y Cereales
Plato:Pizzas
Estilo: Cocina casera, Cocina italiana, Mediterránea,
Ambiente: Friends, Primera cita,
Tiempo: alto
Dificultad: bajo
- Ingredientes principales
Para la masa de pizza
25 g de levadura fresca
1 vaso de agua templada
1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra
500 g de harina
1 pizca de sal
Para el relleno
65 g de rúcula
1 bola de mozzarella ahumada o de mozarella seca
60 g de parmesano en cuña para rallar
200 g de tomate frito casero
Sal
Aceite de oliva
Para la salsa de tomate casera:
800 g de tomates del terreno sin piel ni pepitas o 750 g de tomate triturado enlatado
1 Cebolla mediana
1 vaso de aceite de oliva virgen extra
2 Ajos pelados y picados
4 hojas de laurel
1 buena pizca de tomillo
1 buena pizca de romero
1 buena pizca de sal
1 cucharadita de postre de azúcar
- Preparación de la receta
En primer lugar, preparamos la masa de la pizza. Para ello, en un bol, mezclamos la pastilla de levadura con el agua templada y movemos con las manos hasta que la levadura se haya disuelto por completo. Reservamos.
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En un bol grande, volcamos la harina con cuidado. Hacemos un hueco en el centro y vertemos la mezcla de agua y levadura y añadimos un poco de sal y una cucharada de aceite de oliva.
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Mezclamos con las manos hasta que los ingredientes estén bien incorporados y consigamos una masa lisa, blanda y suave.
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A continuación, tapamos la masa con un paño y la dejamos reposar en el horno apagado durante una hora. Pasado este tiempo, elaboramos tortas pequeñas, de unos 10 cm de diámetro.
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Mientras tanto, preparamos nuestra salsa casera de tomate. Picamos finamente la cebolla y los ajos.
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Ponemos a fuego medio-alto una cacerola con aceite de oliva virgen extra a fuego medio alto y doramos los ajos. Cuando estén dorados, incluimos la cebolla y la pochamos durante dos minutos.
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Añadimos el tomate, el tomillo, el romero y la sal. Añadimos el laurel y lo mantenemos a fuego medio por unos 30-35 minutos, removiendo de vez en cuando.
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Finalmente, rectificamos a nuestro gusto de sal, tomillo o romero. Si está muy ácido, añadimos el azúcar. Debe quedar bien espeso.
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Seguidamente, enharinamos nuestra superficie de trabajo y pasamos las pizzettas por la harina. Calentamos el aceite de oliva en una sartén o freidora a fuego medio-alto. Freímos las pizzetas dándoles vueltas con ayuda de unas pinzas hasta que estén doradas por los dos lados sin que lleguen a quemarse.
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Sacamos las pizzetas de la sartén y las escurrimos bien sobre papel absorbente.
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Montamos las pizzetas cubriéndolas con un poco de salsa de tomate frito casero y con unas hojas de rúcula. Espolvoreamos con queso parmesano rallado e incorporamos encima un poco de mozzarella fresca.
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Servimos.