Comenzamos preparando la masa. Para ello, mezclamos bien en un bol los ingredientes secos (harina, levadura y sal). Le hacemos un hueco en el centro donde añadiremos el agua y el aceite y lo mezclaremos con ayuda de una rasqueta hasta hacer una bola.
Trabajamos la masa durante unos 8 minutos si lo hacemos a mano y unos 4 si lo hacemos a máquina.
Dividimos en 6 partes y la estiramos con ayuda de un rodillo.
Las ponemos en la bandeja del horno y las reservamos cubiertas por un paño para que no se reseque mientras preparamos los ingredientes.
Precalentamos el horno a 240ºC.
Troceamos los ingredientes de las pizzas y los vamos poniendo sobre las masas en la cantidad deseada.
Para la pizza de cebolla y huevo comenzaremos poniendo la nata y luego la cebolla picada bien fina. A continuación colocaremos el huevo (con cuidado que no se nos deslice hacia fuera) y por último salpimentaremos y le rallaremos el queso por la parte superior.
En la segunda versión comenzaremos colocando la salsa de tomate, luego las rodajitas de chorizo, el aceite y la pimienta y el tomillo. En último lugar pondremos el queso de cabra troceado para que se funda bien y se dore cuando se hornee.
En la última de nuestras elaboraciones pondremos en primer lugar la salsa de tomate y a continuación el calabacín. Salpimentamos y le añadimos el queso feta troceado, el vinagre balsámico y el aceite. En la parte superior añadiremos unos trocitos de tomate seco para dar el último toque a nuestra pizza.
Llevamos al horno y dejamos que se haga durante unos 10 minutos, hasta que veamos que la masa está bien hecha y los quesos comiencen a dorarse.