En el robot de cocina, o con ayuda de un mezclador manual para masas, mezclamos harina y mantequilla muy fría en cubos. Cuando la mezcla parezca migas de pan, añadimos poco a poco el agua muy fría poco a poco, sin dejar de mezclar. Si vemos que está muy seca podemos incorporar un poquito más de agua. Hemos de lograr una masa firme y no pegajosa. Amasamos sobre una superficie enharinada. La envolvemos en film y refrigeramos, al menos, 2 horas.

Precalentamos el horno a 170º con calor arriba y abajo. Estiramos la masa en círculo sobre una superficie enharinada. Nos sobrará la otra mitad que podemos congelar para otro día o conservar en la nevera hasta 6 días. Cuando tenemos un círculo suficientemente grande lo transferimos a nuestro molde de tartaleta de 22cms. Ajustamos bien la masa al molde, y cortamos lo sobrante dejándonos un reborde. Con los dedos, primero lo enrollamos un poco y luego le vamos dando forma a la masa.

Metemos la masa al frigorífico mientras preparamos el relleno. En un bol, batimos con unas varillas los huevos, el sirope, el azúcar blanco y moreno, la harina, la mantequilla y la sal hasta tener una mezcla homogénea. Incorporamos las nueces pecanas y removemos bien, hasta que estén totalmente cubiertas por la mezcla.

Vertemos la mezcla en el molde y horneamos a 170º durante 60-70 minutos o hasta que el relleno esté "asentado" y la masa doradita. Sacamos del horno y dejamos que vuelva a temperatura ambiente. Se recomienda refrigerar un par de horas antes de comer para que se asiente.