En primer lugar, ponemos el queso crema en un bol y le añadimos un poco de sal.

Colocamos una olla al fuego con un chorro de aceite. Mientras esperamos a que se caliente,  hidratamos la tira de gelatina en un plato con agua. La retiramos y con cuidado la vertemos en el aceite caliente. Removemos bien, retiramos del fuego y rociamos la mezcla sobre queso. Mezclamos con la ayuda de un batidor de mano y rallamos encima la trufa.

A continuación, cogemos un molde y lo cubrimos con papel film. Encima vertemos la mezcla de queso crema y dejamos enfriar en la nevera durante 24 horas.

Por otro lado, hacemos la vinagreta. Para ello mezclamos el aceite de oliva, el aceite de trufa, la miel y la trufa rallada.

Cuando hayan pasado las 24 horas, retiramos el pastel de queso de la nevera. Quitamos del molde y retiramos también el papel film. Lo ponemos sobre una bandeja y lo cortamos en tiras gordas a lo ancho.

Antes de emplatar, lavamos el tomate y cortamos un poco en daditos pequeños. Cogemos un tomate cherry y lo cortamos a la mitad.

Emplatamos colocando una tira de queso en el centro de un plato. Sobre ella rociamos un chorro de vinagreta, colocamos dos anchoas y unas hojas de lechuga. A los lados situamos las tostas del pan de Cerdeña. Por último, colocamos los frutos secos, el tomate picado, un cherry, la mermelada de tomate y el vinagre de Módena alrededor del queso.