Como podéis ver, el proceso es más visual que explicativo, por eso subo las fotos del paso a paso, os resultará mucho más fácil. Precalentamos el horno a 180 grados, con calor arriba y abajo y sin ventilador. Extendemos nuestra plancha de hojaldre sin separarla del papel protector, ya que nos va a ayudar a trabajar con la masa. Espolvoreamos azúcar moreno o blanquilla (al gusto) por toda la superficie
Con ayuda de un rodillo, lo pasamos con cuidado por encima para fijar el azúcar al hojaldre.Doblamos la parte izquierda de la plancha hacia el centro. Doblamos la parte derecha también hacia el centro, de forma que nos queda la plancha reducida a la mitad de su tamaño original. Espolvoreamos de azúcar moreno, y volvemos a pasar el rodillo con cuidado.
Doblamos la parte izquierda de la plancha hacia el centro. Doblamos la parte derecha también hacia el centro, de forma que nos queda la plancha reducida a la mitad de su tamaño original. Espolvoreamos de azúcar moreno, y volvemos a pasar el rodillo con cuidado.
Repetimos el proceso anterior, doblando de nuevo los lados hacia el centro y espolvoreando el azúcar pasando de nuevo el rodillo pero sin apretar demasiado, muy suavemente. Ahora en vez de volver a doblar por la mitad, doblamos de manera que un lado quede encima del otro, de esta forma el hojaldre nos quedará con este perfil.
Si esto ya parece facilito, el resto ya es coser y cantar. Con un cuchillo cortamos el hojaldre con el grosor que deseamos para las palmeritas. Yo aconsejo de 1 cm aproximadamente. Intentad que sean todas más o menos iguales para que queden más bonitas visualmente. Las ponemos sobre papel de horno en la bandeja y las colocamos separadas unas de otras pues al hornearse se expanden y se pueden pegar unas con otras. Con ayuda de una cuchara las aplastamos un poquito para que se les quede una forma más bonita. Espolvoreamos un poco de azúcar encima de cada una.
Metemos en el horno durante unos 15 minutos a 180 grados, de todas formas vigiladlas para sacarlas cuando estén doraditas. Yo no les doy la vuelta porque me gustan como quedan a una sola cara. Cuando estén frías, calentamos el chocolate al baño maría y veremos sobre las palmeritas el chocolate blanco y luego el negro o al revés.
Ahora solo queda dejar que se endurezca el chocolate y ya están listas para servir, os aseguro que están muy buenas. ¡¡Ya me contareis!!