En primer lugar, preparamos la masa de los ochios. En un bol, mezclamos la harina con el anís, el huevo, la levadura en el agua tibia, la sal, el azúcar y el aceite.

Trabajamos la masa y cuando esté bien homogénea la dejamos reposar durante 1 hora.

Cuando la masa esté lista, hacemos bolitas de unos 30-40 g y las dejamos reposar durante 1 hora más.

Precalentamos el horno a 190ºC.

Por otro lado, vamos a asar las manzanas. Para ello, las descorazonamos y en el hueco que dejamos disponemos la mantequilla, la canela y un poco de azúcar.

Horneamos durante 20 minutos a 190ºC.

Mientras, elaboramos el guiso de setas. Para ello, en una sartén con un chorrito de aceite, salamos y pochamos el puerro.

Seguidamente, añadimos las setas troceadas y continuamos cocinando. Agregamos la morcilla y la desmigamos.

Regamos con el vino y cuando el alcohol haya evaporado, incorporamos el tomillo y el caldo. Cocinamos durante unos minutos.

Pasado el tiempo de horneado de las manzanas, las pelamos, las troceamos y las trituramos junto al zumo de limón hasta obtener un puré.

Precalentamos el horno a 180ºC.

A continuación, elaboramos el aceite de pimentón. Para ellos meclamos el aceite con el pimentón y una pizca de sal en escamas.

Una vez que la masa de los ochios haya reposado, los horneamos durante 5 minutos a 180ºC, pasado este tiempo, los sacamos y tapamos con papel de plata y volvemos a hornear, esta vez durante 12 minutos.

Dejamos atemperar los ochios y los pintamos con el aceite de pimentón.

Los abrimos por la mitad y los rellenamos con el guiso de setas y el puré de manzana.

Emplatamos y servimos.