Primero, cocemos las patatas con su piel en agua y sal.

Las pelamos y las pasamos por el pasapurés en caliente.

Le ponemos un poquito de nuez moscada, sal, un poco de queso emmental y de parmesano.

Le incorporamos una yema de huevo.

Agregamos la harina y mezclamos bien. Cubrimos la masa con un bol para que no esté en contacto con el aire y la dejamos reposar.

Para la salsa, ponemos un cazo al fuego, echamos la alcaparras y les añadimos caldo vegetal.

Le incorporamos la lechuga troceada, rectificamos de sal y añadimos un poquito de aceite.

Lo trituramos todo con una batidora y lo echamos de nuevo en el cazo.

Por otro lado, ponemos un cazo con agua al fuego. Cortamos la masa en bastones, vamos redondeándolos, dándoles el grosor que queramos.

Luego cortamos los bastones en trozos regulares, vamos espolvoreando de vez en cuando harina para que no se pegue la masa.

Con ayuda de tenedor le damos un toque rápido para que nos quede cada trocito con forma rizada y penetre bien la salsa en los surcos.

Cuando hierva el agua, echamos sal y agregamos los ñoquis. Los dejamos un par de minutos o tres. Los sacamos y los escurrimos.

Ponemos un souté al fuego con un poquito de agua de la cocción de los ñoquis, le agregamos un poquito de mantequilla y emulsionamos. Le incorporamos los ñoquis escurridos.

Agregamos un poquito de parmesano y dejamos que reposen unos minutos.

Le añadimos un poquito de caviar y removemos.

Emplatamos poniendo un fondo con la salsa de alcaparras y lechuga, espolvoreamos cebollino picado y colocamos los ñoquis encima.

Decoramos con un poquito más de caviar y una ramita de cebollino y cilantro.