Lo primero, pelamos y desgranamos todas las granadas. Reservamos los granos de dos de las granadas por un lado y el resto por otro.

Ponemos los granos de seis de las granadas en una cazuela caliente a fuego medio, removiendo continuamente hasta que suelten su jugo.

Luego, las pasamos por un chino presionando bien para extraer todo su jugo y volvemos a echarlas en la cazuela.

Calentamos a fuego bajo y dejamos reducir hasta que se espese. Dejamos enfriar.

Por otro lado, abrimos los panes de pita por la mitad y los cortamos en cuadrados.

Los doramos en una sartén con aceite de oliva hasta que queden crujientes.

Seguidamente, lavamos la lechuga, los pepinos, el tomate y los rabanitos.

Pelamos los pepinos y los cortamos en rodajas de 1 centímetro y cada rodaja por la mitad.

Después, cortamos la lechuga en cuadrados de 3 centímetros de lado.

Partimos las cebolletas y los rabanitos en rodajas finas.

Pelamos los tomates, quitamos las semillas y los cortamos en dados pequeños.

A continuación, pelamos los dientes de ajo y los machacamos con un mortero con una pizca de sal. Los echamos en un cuenco con el jugo de granada y una pizca de pimienta recién molida. Mezclamos con un tenedor.

Emplatamos las verduras con el perejil y la menta, añadimos los granos de granada reservados y rociamos con el jugo que hemos preparado. Mezclamos delicadamente.

Por último, incorporamos el pan y servimos la ensalada bien fría.