En una olla ponemos las moras bien limpias, el azúcar y las peladuras y el corazón de las manzanas. Cocemos a fuego suave durante una hora, removiendo de vez en cuando.

Para hacer la masa mezclamos la manteca a temperatura ambiente con la harina. Por otro lado, disolvemos la levadura en el agua tibia con el azúcar. Añadimos a la mezcla de harina con manteca y amasamos bien.

Dejamos reposar la masa tapada con un paño limpio durante una hora.

Pasado ese tiempo, dividimos la masa en dos y la estiramos hasta obtener un grosor de unos 2 milímetros. Es mucho más fácil hacerlo en una superficie con harina espolvoreada o con un poco de aceite. Dividimos la masa en varios rectángulos un poco más grandes que el cortapastas que vamos a utilizar.

Hacemos un agujero pequeño con ayuda de una boquilla o un cortapastas en una de las masas.

En la otra, colocamos una cucharada de mermelada y cubrimos con la masa anterior haciendo que el agujero coincida con la mermelada. Contamos con un cortador con forma de flor. Repetimos este proceso hasta acabar con toda la masa.

Colocamos nuestros crespells en una bandeja de horno con papel y horneamos a 180ºC con calor arriba y abajo y ventilador durante 16 minutos aproximadamente. Una vez se hayan enfriado, espolvoreamos con azúcar glass.