En primer lugar, vamos a lavar bien las costillas con agua fría.

Después las colocamos en un bol con una cucharadita de bicarbonato y les añadimos agua hasta que las cubra. Las dejamos en el frigorífico una noche tapadas con film.

Trascurrido ese tiempo, volvemos a lavar las costillas con agua fría, escurrimos bien y dejamos secar.

Las introducimos en un bol y les añadimos las judías negras fermentadas lavadas con agua, el jengibre picado, una pizca de sal, azúcar, ajinomoto, el aceite de sésamo, el vino chino y la salsa de soja. Mezclamos y añadimos una poca cebolleta fresca picada y la fécula de patata.

Calentamos una olla con agua para cocinar al vapor las costillas.

Introducimos las costillas en un cuenco de metal y éste lo metemos dentro de una vaporera de bambú. La colocamos tapada encima de la olla con agua y cocinamos al vapor durante 18-20 minutos aproximadamente. La cazuela la llenaremos de agua pero sin llegar hasta arriba para que no se moje la vaporera.

Emplatamos y servimos decorando con la cebolleta fresca picada restante y semillas de sésamo.