Primero, desalamos los codillos en abundante agua durante dos días, cambiando el agua 2 ó 3 veces al día.

Una vez desalados, cubrimos los codillos bien escurridos con aceite, añadimos el diente de ajo y el laurel, los tapamos y los ponemos a confitar a fuego lento hasta que estén tiernos, durante dos horas.

Mientras se preparan los codillos, pelamos las patatas y las zanahorias, dándoles una forma redondeada. Ponemos a cocer las patatas y las zanahorias en cazos distintos con abundante agua hasta qeu estén tiernos.

Ponemos a calentar el horno a 250ºC.

Pasado el tiempo de los codillos, los ponemos en una bandeja y los horneamos, bañándolos de vez en cuando con la grasa que va soltando, a una temperatura de 250ºC hasta que se doren.

Por otro lado, escogemos las hojas de los grelos, preferiblemente las del centro. Las cortamos y ponemos a hervir en abundante agua con sal durante 1 minuto, de modo que queden muy verdes.

En una sartén con un chorro de aceite, salteamos las patatas y las zanahorias que anteriormente habíamos cocido.

Disponemos en una fuente los codillos, acompañado de los grelos, las patatas y las zanahorias.

Servimos.