Precalentamos el horno a 150ºC y preparamos nuestro molde, forrándolo con papel vegetal, (yo utilicé uno redondo desmontable de 23cm).

Separamos las yemas de las claras en distintos recipientes. A las claras se les ponen unas gotitas de limón y se montarán a punto de nieve. Reservar en el frigo.

En un cazo al baño maría, colocar la mantequilla, el chocolate y el café y derretir. Mezclar el conjunto hasta obtener una crema lisa y brillante. Retirar del fuego y dejar enfriar por completo.

En el bol donde reservamos las yemas, añadir el azúcar y batir con varillas eléctricas hasta que blanqueen y doblen su tamaño. Sobre éstas, verter la mezcla de chocolate y mantequilla, (ya fría), e integramos el conjunto de manera envolvente.

Por último, incorporar las claras montadas de la misma forma: con movimientos envolventes para evitar que no se nos baje el conjunto.

Vertemos 2/3 de esta masa sobre el molde que teníamos reservado. Llevamos al horno durante unos 15-20 minutos, (hemos de conseguir una ligera costra en la superficie, pero que aún esté blandito ;D). Recordad que el tiempo es orientativo, dependerá del horno de cada un@ ;)

Mientras se hornea la base, montamos la nata y luego la mezclamos con cuidado con el 1/3 de masa restante. Cubrir con film y llevar a la nevera unas horas.

Una vez que el bizcocho ya esté listo, lo dejaremos enfriar por completo sobre una rejilla. Cuando la base esté completamente fría, verter sobre ella la mousse que teníamos reservada en la nevera. Alisamos superficie y y volvemos a llevar a la nevera, donde la mantendremos unas horas para que termine de coger consistencia.

Desmoldar con cuidado y decorar con los que más os guste, (en mi caso, puse unos cuantos de fideitos de chocolate).