Lo primero que hacemos es calentar las tres cucharadas de aceite en una sartén y freír durante unos segundos la piel del limón, añadir el anís verde y el sésamo. Seguidamente deja enfriar el preparado.

Disponer la harina en una superficie de trabajo formando una especie de volcán y añadir en el centro un poco de sal, el Jerez y el aceite del limón ya frío y previamente colado. Amasar durante unos minutos hasta que veamos que la masa empieza a ser manejable.

Golpear la masa contra la superficie de trabajo y continuar amasando durante 15 minutos más hasta que ver que queda fina y elástica. Formar una bola con ella y taparla con un paño de cocina para seguidamente dejarla reposar una hora como mínimo.

Poner la miel en un cazo y añadir 5 cucharadas de agua, llevar a ebullición y seguidamente reducir el fuego. Dejar cocer durante 10 minutos al mínimo y reservar.

Transcurrido el tiempo de reposo de la masa la estiramos con la ayuda de un rodillo hasta conseguir una plancha fina.

Cortamos la masa en tiras de unos 10 centímetros y las vamos enrollando.

A continuación freír los pestiños en aceite bien caliente dándoles la vuelta hasta ver que se doran. Retirar los pestiños y depositarlos sobre un plato con papel de cocina absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Bañar los pestiños en el almíbar de miel y colócalos sobre una rejilla. Espolvorearlos con un poco de azúcar.

Servir.