Para la tortilla de calabacín. Pelamos y picamos una de las cebollas. Lavamos y laminamos el calabacín. Pochamos en una sartén con un fondo de aceite durante 20 minutos. Escurrimos bien y mezclamos con dos huevos batidos. Salpimentamos al gusto y cuajamos en una sartén de 18 cm con un poco de aceite, por las dos caras.

Para la tortilla de patata. Pelamos y picamos la otra cebolla. Pelamos y laminamos la patata. Pochamos en una sartén con un fondo de aceite durante 20 minutos. Escurrimos bien y mezclamos con dos huevos batidos. Salpimentamos al gusto y cuajamos en una sartén de 18 cm con un poco de aceite, por las dos caras.

Para la tortilla de espinacas. Lavamos las espinacas, las escurrimos y las colocamos en una cacerola tapada. Cocemos durante 3-4 minutos o hasta que estén tiernas. Escurrimos, picamos y mezclamos con el requesón, el ajo granulado y dos huevos batidos. Salpimentamos al gusto y cuajamos en una sartén de 18 cm con un poco de aceite, por las dos caras.

Para la salsa. Calentamos la mantequilla en un cacito y añadimos la harina. Removemos para integrar. Agregamos la leche poco a poco al tiempo que seguimos removiendo y cociendo el conjunto durante 10 minutos. Agregamos el queso rallado y condimentamos con sal, nuez moscada y pimienta blanca.

Colocamos las tortillas sobre un plato o fuente que pueda ir al horno. Primero la de patata, después la de espinacas y, por último, la de calabacín. Napamos con salsa bechamel de queso. Gratinamos hasta dorar y servimos inmediatamente

Acabado del plato

Servimos en la misma fuente en la que hemos gratinado el pastel, decorando la superficie con tomates cherry y ramas de orégano fresco.