Precalentamos el horno a 180º. Cogemos un bol y echamos la mantequilla y el azúcar y lo batimos hasta que quede homogéneo. Cuando lo tengamos bien mezclado, echamos los huevos uno a uno y batiendo. Después tamizamos la harina, la levadura y el cacao. Y mezclamos todo bien. Y por último, echamos el extracto de vainilla y batimos. Cogemos el molde de cupcakes y los rellenamos con las cápsulas que vayamos a usar. Y los rellenamos con la masa 2/3. Los metemos al horno unos 20-22 minutos.

Para hacer el merengue, calentamos las claras en un bol al baño María y las batimos al punto de nieve y cuando esté listo echamos el azúcar. Mezclamos bien durante unos minutos e incorporamos el agua. Batimos durante 15 minutos más o menos hasta que quede denso. Lo retiramos del fuego y echamos el extracto de vainilla y batimos hasta que quede perfecto. Lo metemos en el frigorífico durante 20 minutos. Con los cupcakes fríos y después de 20 minutos, sacamos el merengue y lo metemos en una manga pastelera con una boquilla que sea grande y redonda. Hacemos una espiral con el merengue y lo subimos hasta que quede en pico. Metemos los cupcakes con el merengue en el frigorífico durante unos 12 minutos más o menos. Ahora, derretimos el chocolate al baño María y cuando lo tengamos lo metemos al frigorífico durante 10 minutos. Sacamos todo del frigorífico. Cogemos un cupcake y le damos la vuelta y lo sumergimos en el chocolate o si preferís cogéis una cuchara grande con chocolate y lo echáis por encima (esta manera es menos peligrosa). Los dejamos reposar unos 15 minutos.

Mientras tanto, echamos un poco de azúcar glasé en un cuenco (esto lo tenemos que hacer a ojo) y le vamos echando agua poco a poco hasta que veamos que queda liquida pero no demasiado. Y lo teñimos del color que queramos. Ahora un poco a lo loco, vamos echando el glaseado por encima del cupcake. Si preferís podéis echarle virutas o lo que queráis para decorarlos.